jueves, 21 de mayo de 2009

EL CANAL DE RETORNO




Desde mi punto de vista, al incorporar la posibilidad de mandar SMS a los distintos programas televisivos no se buscaba una participación real del espectador en los mismos, el objetivo es obtener un beneficio económico (normalmente el coste es alto), son una fuente importante de financiación de las televisiones. Si se buscara la participación real se facilitaría el acceso siendo “coste cero”.

Lo más fácil para erradicar este sistema es que los telespectadores nos mentalicemos que si no entramos en ese juego las televisiones no hacen dinero, somos nosotros los que perdemos dinero de nuestro bolsillo, no olvidemos que no se nos obliga, somos nosotros los que decidimos.

Así mismo, creo que no hay imparcialidad a la hora de publicar los mensajes, probablemente aparecen en pantallas aquellos que van a generar más polémica, van a ser más curiosos, aumentan la espectación, etc. Por lo tanto, una vez más nos encontramos frente a la manipulación/control que algunos medios de comunicación realizan a la hora de transmitir una información.

Por otro lado, pienso que sería necesario regular la emisión de los SMS enviados por los telespectadores, es lamentable el contenido de algunos de ellos (faltas de respeto, insultos, injurias, etc.,) se deberían adaptar al horario en que se publican. Igualmente, una persona como yo, que se dedica a la educación, se le ponen los bellos de punta con la ortografía utilizada, me he encontrado que algunos de mis chicos defienden una falta de ortografía porque ven muchas veces esa palabra escrita de esa forma en los SMS (Ej.: “1 beso t kiero”). Una vez más se demuestra el poder de influencia que los medios de comunicación tienen en un sector tan vulnerable como los adolescentes en pleno proceso de formación de la capacidad de crítica.

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