Desde mi punto de vista, la campaña inicial consiguió uno de los fines que perseguía: llegar al mayor número de gente posible. Al crear polémica generó interés. No obstante, me parece que concretamente en este caso cambiar una creencia o planteamiento religioso por los mensajes transmitidos. Es difícil. De igual forma, pienso que probablemente está polémica generada afecta a un sector de la población muy reducido. Con lo que esta “lloviendo”, a mí no me interesa, no me parece relevante esta polémica, creo que se deberían gastar las energías en analizar otras situaciones claves para el desarrollo (el paro, la guerra, la crisis, el medio ambiente, etc).
Lo que está claro que nos vemos inmersos en una polémica sin hacernos partícipes a la hora de decidir si queremos que se genere, incluso pagándose parte con fondos públicos como es el caso que nos ocupa (“Dios existe”). La propaganda se nos impone, nos vemos expuesta a ella sin querer, somos cautivos de ella. Los beneficios económicos prevalecen sobre cualquier otro aspecto: derecho de los ciudadanos, etc. El espacio público queda invadido por la publicidad en muchas ocasiones degradando el entorno. No debemos olvidar que la exposición continua a un exceso de estímulos visuales puede ocasionar cefaleas, estrés, agresividad, distracción. Si esto son consecuencias deberían consultarnos si estamos dispuestos a asumirlas.
Un problema importante es cuando exponemos forzosamente a determinados colectivos (por ejemplo: menores de edad) a algunos mensajes que pueden influir en su desarrollo personal, por ejemplo, cuando se publicitan bebidas alcohólicas en lugares de afluencia de menores. ¿Quién controla eso? Las administraciones deberían realizar un seguimiento y velar porque esto no ocurra. Así mismo, los medios de comunicación deberían utilizar toda su influencia en que se respetaran los derechos y deberes de los ciudadanos en lugar de buscar el interés económico.
La relación entre los medios de comunicación y los grupos de poder es clara. Los medios de comunicación siguen el paso de los grupos de poder, porque éstos toman decisiones que afectan a los receptores de información y eso permite obtener beneficios a los medios de comunicación. Por ejemplo, la campaña de publicidad que nos ocupa dispara la polémica aumentan audiencias en radio, televisión, etc. y si entramos en otro tipo de informaciones dispara la venta de periódico lo que reinvierte en ganancia de los medios. Los medios de comunicación se mantienen gracias a la publicidad, y su objetivo es general el máximo número de audiencia/lectores para poder vender caro el espacio de publicidad a sus clientes.
Por otro lado, quien tiene el dinero impone sus ideas, con dinero puedes publicitar masivamente y consigues grandes resultados, en definitiva, tienes más influencia social. Por otro lado, dominando los medios de comunicación se mantiene la superioridad y persistencia. Por tanto, el interés en mantener esta situación es mutuo, no hay ninguna intención en modificarlo.
Indudablemente en este caso la Iglesia tiene más posibilidades de influir sobre la sociedad que la asociación AMAL, el poder de la Iglesia hace que este constantemente, bombardeándonos de publicidad (prensa, radio, Internet, etc.) creo que difícilmente una asociación, por muy grande que sea, podría competir.
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